Lo màs devastador de ser catastròfica, es el viento que me habita, que casi no deja rastros de mì, barre todo a su paso, y me deja tirada como un trozo de chatarra, esperando que alguien me diga que aùn puedo ser ùtil.
Ahì, cuando toco fondo, mi pulsiòn de vida es tan grande, que puedo tomar impulso desde la màs remota profundidad, convertida en huracàn.
El viento es mi voluntad, soplando con toda su fuerza, para arrancar las emociones coaguladas, que circulan por mi alma como un trombo, esperando toparse con algún pasaje demasiado pequeño, para obstruìrlo y desencadenar en mì, una hipòxia emocional.
Bello!
Me gustaMe gusta
Muchisimas Gracias! 🙂
Me gustaMe gusta